La verdadera comunicación sucede cuando le cuentas al alguien tus pensamientos, las preguntas que te haces todos los días acerca de por que la vida es como es. Cuando le cuentas las historias que te imaginas, cuando le muestras lo que escribes y no te da pena hacerle saber tus gustos más extraños. Cuando dejas salir de tu boca las palabras sin pensarlas primero. Es cuando conectas tu mente por que tratas de expresar lo que realmente estas pensando y si la otra persona tiene los receptores abiertos lo logras.
Es raro que para mi y para muchas personas este tipo de comunicación jamás se tiene con algunas de las personas más cercanas, aquellas que ves todos los días y son parte de tu familia. Viví con mis abuelos durante gran parte de mi vida y así como puedo con certeza que han sido una de las personas más importantes en mi formación también afirmo que jamás sostuve una conversación que me conectara con ellos, jamás supe que pensaban, como sentían, si en verdad eran felices. Podría decirse que es la diferencia de edades, sin embargo este descubrimiento me llevo a preguntarme si con algún miembro de mi familia he sostenido una comunicación real. Me he sorprendido al darme cuenta que lo mismo me sucede con mis padres, nunca les he contado lo que pienso, y no me refiero a los comentarios acerca de lo que sucede en la realidad cotidiana. Si no los remolinos de pensamientos que tienes durante la noche cuando no puedes dormir, las hipótesis que formulas en tu cabeza del por que la vida que llevamos. Vives con ellos pero nunca les cuentas, cuando te quieres morir y el por que. Nunca les cuentas de tus epifanías, del verdadero por que de tus fracasos amorosos, de cuando eres una mala persona, de las frases que se graban en lo profundo de tu mente. Podrías pensar que la relación con mis padres es una mierda y por eso llego a dichas conclusiones, pero no es un caso personal lo que sucede, lo veo en toda la gente que conozco, puedo decir que es por el respeto que según la moral le debes a tus padres, ellos no se deberían enterar de todo lo que haces o piensas por consideración y sanidad mental. La verdad esque no creo en la moral y alguna vez llegue a intentar entablar dicha comunicación pero nunca lo he logrado efectivamente, existe una relación de poder y conveniencia que no se puede ignorar. Los hijos siempre buscamos obtener benficios de los padres, e hijos como yo que siempre hacen cosas que sus padres jamás permitirian o verían con buenos ojos no podemos contar ciertas cosas a nuestros padres lo cual hace imposible una comunicación honesta. Sumando a esto que los padres siempre están en un rol de padre, lo cual no es más que un personaje que facilita criar un hijo, un molde que les permite tener parámetros de como pensar, que permitir y que no, a esa personita que engendraron. Que nadie los enseña a ser padres es una mentira, aprendes de tus padres y de los padres que conoces, es un comportamiento aprendido, más pocas veces reflexivo. Puede ser que por eso me parezcan un poco despreciables la mayoría de los padres ajenos. Quién dijo que por que expulsaste a una persona de tu entraña sabes lo que es mejor para ella, bajo que cánones sabes tu que es lo mejor, que sea tu hijo no te garantiza que se parecera a ti en la forma en que percibe la vida. Ni los padres escogen a los hijos, ni los hijos a los padres, algo que me pregunto es por que teniendo tantos genes en común la comunicación es tan fallida. Será por que nos encerramos en una convivencia que parece infinita, rutinaria, quizás no es buena idea ver las mismas caras todos los días aunque seas familia. Cuando veo a mis amigas con hermanos o hermanas, me doy cuenta que me conocen más a mi que a ellos. En que momento la gente que vive en la misma casa se convierte en extraña viviendo una rutina que solo termina con la muerte. Es raro que la gente con la que vives es la que menos te conoce. Obligados a convivir me pregunto si realmente desean esa vida, o nunca han pensado acerca de ello o creen que no tienen opción. Mis padres, ellos se escogieron el uno al otro y sin embargo, nunca los he escuchado preguntarse -¿Qué sientes hoy?- -¿Qué piensas de la vida?--¿Qué quieres de la vida? -¿Eres feliz?-
Nunca he sabido eso de ellos, supongo que muchas veces no preguntamos por que tememos las respuestas, no obstante vivir años sin preguntarse cosas realmente importantes, sin tener una verdadera comunicación creo que es lo que en verdad mata el amor.
Me pregunto si cuando se conocieron hablaron de todo lo que pensaban, se dijeron todo lo que tenían y después se enamoraron, me pregunto como se enamora la gente pues para cada uno es diferente. Me enamoro cuando cuento todo de mi a alguien y me cuenta todo de sí, le pregunto que le gusta comer, si prefiere dormir de día o de noche, si le gusta leer, eso son solo gustos pero se que nos comunicamos cuando me dice algo sin mucho sentido o difícil de entender, entonces se que esta diciendo lo que pasa por su mente, sin revisarlo antes de salir, en ese momento me enamoro. Me gustan los extraños, siempre me he podido comunicar con ellos. Me fascinan los extraños por que siento que les puedo decir lo que sea y ellos a mi. Alguna vez me embarque en conversaciones online con desconocidos y ha sido de lo más satisfactorio en mi vida. Cuando no tienes un rol en la vida de alguien entablar una conversación que llegue a profundidades extremas se facilita.
Siempre priorizamos cumplir con nuestros roles, seguir en la carrera, lo que hacemos con nuestra mente que no produzca algo útil para la carrera siempre queda relegado. Es tan grande el molde, las necesidades creadas que tenemos para subsistir en la realidad nos apartan de las necesidades de nuestra mente. La necesidad de verdaderamente comunicarnos, de crear incluso si nuestras creaciones no son populares o aceptadas nunca. La necesidad de soledad, de aislamiento, de espacio, de tiempo para no hacer nada más que escuchar nuestros pensamientos. La necesidad estar loco por un tiempo, de cuestionarlo todo.
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